El Himno Nacional
Fue un 25 de mayo de 1881, cuando el general Antonio Guzmán Blanco, en ejercicio de la presidencia de Venezuela, decretó esa fecha como el Día del Himno Nacional con la canción patriótica “Gloria al bravo pueblo”, cuya letra fue compuesta por Vicente Salias y la música por Juan José Landaeta.
Esta canción épica fue creada en los albores de la Independencia de la nación, para resaltar el heroísmo de los patriotas, así como incitarlos a la lucha de la libertad. Es de mencionar que la composición musical patriótica tuvo ciertas modificaciones oficiales, desde 1881 por Eduardo Calcaño, luego en 1911 Salvador Llamozas, hasta la de 1947 con la de Juan Bautista Plaza, usada en la actualidad.
Sin embargo, investigaciones anteriores han mencionado que ya este canto era conocido como la marsellesa venezolana desde 1840, y que el verdadero autor podría haber sido Andrés Bello, mientras que la música la habría compuesto Lino Gallardo. Teoría que no ha podido ser comprobada, pero sí es afirmativo que tanto Juan José Landaeta como Lino Gallardo estudiaron en la Escuela de Música de Caracas.
Es el canto patriótico conocido con el nombre tradicional de "Gloria al Bravo Pueblo".
Coro
Gloria al bravo pueblo
que el yugo lanzó
la Ley respetando
la virtud y honor.
I
Abajo cadenas
gritaba el señor
y el pobre en su choza
libertad pidió
a este santo nombre
tembló de pavor
el vil egoísmo
que otra vez triunfó.
II
Gritemos con brío
Muera la opresión
Compatriotas fieles,
la fuerza es la unión;
y desde el Empíreo
el Supremo Autor,
un sublime aliento
al pueblo infundió.
III
Unida con lazos
que el cielo formó
la América toda
existe en nación
y si el despotismo
levanta la voz,
seguid el ejemplo
que Caracas dió.
Letra: José Vicente Salías
Música: Juan José Landaeta
Grande fue el prestigio de esta canción patriótica, de cuyo impacto en los españoles se hace eco el Intendente del Ejército y Real Hacienda, quien informa al Supremo Ministerio de Hacienda -por documento fechado en Cádiz el 4 de julio de 1810-, lo siguiente: "pero lo más escandaloso fue que en las canciones alegóricas que compusieron e imprimieron de su independencia, convidaban a toda la América Española para hacer causa común, y que tomasen a los Caraqueños por modelo para dirigir revoluciones". (Documento en el Archivo General de Indias, España). Dichos conceptos constituyen una atinada interpretación del sentido de la tercera estrofa del Gloria al Bravo Pueblo:«Unida con lazos que el cielo formó, la América toda existe en Nación , y si el despotismo levanta la voz seguid el ejemplo que Caracas dio».
Era ya por entonces el Gloria al Bravo Pueblo un gran canto patriótico. Su letra y música constituían fuente de honda evocación. Durante el transcurrir de la contienda emancipadora las demás canciones patrióticas fueron perdiendo vigencia y poco a poco quedaron durmiendo en el recuerdo. Sólo ésta, con su síntesis de historia y visión del futuro, persistió.
«¡Abajo cadenas! Gritaba el señor, Y el pobre en su choza Libertad pidió».
Era el Señor allí aludido, el rico, el emparentado o descendiente de condes y marqueses, el mantuano de vida regalada y vastas posesiones. Tanto ellos como el pobre ansiaban y pedían libertad. Abajo las cadenas de las extorsionadoras injusticias y privilegios. Era el pueblo todo, con su multitud de ricos y su muchedumbre de esclavizados pobres. Todos clamaban por la entonces inexistente libertad, a cuyo nombre sacrosanto se estremecían de terror los tiranos y los déspotas:
«A este santo nombre tembló de pavor el vil egoísmo que otra vez triunfó».
El egoísmo, la ambición de unos cuantos y poderosos representantes de la Monarquía; la explotación de la tierra y de sus hombres a lo largo de más de trescientos años de extorsión y coloniaje, la trata de negros, las distinciones de castas y todo un mundo de injusticias. Ante la libertad conquistada desaparecerían las opresoras cadenas.
Expresa la canción: «Y desde el Empíreo, el Supremo Autor un sublime aliento al pueblo infundió». Aquí, la admirable visión futurista de Vicente Salias anticipó que, en aquel ejército de héroes que más tarde comandaría Simón Bolívar y que realizaría inauditas proezas, latía una inspiración sublime y vibraba el fuego de la Libertad, supremo don del Creador.
La frase que en el coro dice: «Gloria al Bravo Pueblo que el yugo lanzó» rinde homenaje y evoca a Caracas, la ciudad bajo cuyo cielo se fraguó y culminó el movimiento revolucionario que inició el fin de la dominación extranjera, a la vez que glorifica a su gente.
En la Guerra de la Independencia, la voz del Gloria al Bravo Pueblo fue antorcha de patriotismo, entusiasmo y heroísmo, de estímulo en los días aciagos y clarín de gloria en Carabobo, Junín y Ayacucho. Ya afianzada la vida republicana, se la denominó "Canción Nacional", demostrándose así la aspiración del pueblo por tenerla como símbolo de la patria, pues ninguno de los otros cantos podría ser tan apropiado como éste, que había vivido toda la epopeya de la gesta independentista.
Este glorioso canto épico, que repercutió en Caracas desde que fue interpretado por primera vez, era cantado jubilosamente por el pueblo en las calles. Era el canto marcial en los combates que se libraron por la emancipación de Venezuela y otras hermanas repúblicas de América, quedando definitivamente los compases de su nota sublime y triunfal, desde aquellos días gloriosos, como Himno Nacional y las orquestas se encargaban de difundirlo por las principales poblaciones de Venezuela, bajo la denominación de Canción de Caracas o Marsellesa venezolana.